Murcia se tiñó ayer miércoles del rojo de los "coloraos". La Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo desfiló ayer tarde-noche por las calles de la Ciudad. Es quizá la procesión más huertana de todas (en la presidencia iban todos los alcaldes-pedáneos), es la más numerosa en cuanto a cofrades, la más antigua (aunque sobre eso tienen también que decir los nazarenos de Nuestro Padre Jesús). Anoche cambió el tiempo, que esperemos no eche al traste con las ilusiones de todo un año en las Cofradías que faltan por procesionar.
Ya tengo mis primeros particulares trofeos anuales procesionales: caramelos, monas, huevos y algún recordatorio... (era mi primera procesión porque las otras no las he visto enteras). Me hubiera gustado verme la cara cuando me dieron los obsequios. Me reí con un chavala andaluza, que había al lado mío, que decía "no me voy de Mursia sin un recuerdo", y la tía puso cara de pena y le dieron una mona mientras el penitente decía "si es que si me pones esa cara de pena..."
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