Si tuviera que decir a alguien que de dónde soy, digo que de Murcia, y si tengo que concretar digo que murciano-blanqueño.
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Murcia es mi Ciudad, Blanca es mi pueblo, donde están mi origen, aunque yo la visite últimamente poco.
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Murcia es mi Ciudad, Blanca es mi pueblo, donde están mi origen, aunque yo la visite últimamente poco.
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Este fin de semana tuve la suerte de volver a reecontrarme con él, con la antigua Negra, llamada Blanca posteriormente durante La Reconquista, al que Felipe II concedió el privilegio del Villazgo, uno de los más bonitos pueblos de la Región de Murcia, y (para mí) el más bonito del Valle de Ricote.
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Es una sensación especial la que tengo al entrar al pueblo desde las inmediaciones del Campo de San Roque (donde se halla la Ermita del Santo, Patrón de la Villa, a 5 km del pueblo), por el paraje de El Saque, con sus huertos llenos de limoneros, con las tradicionales casas de La Favorita (con sus fachadas pintadas de rojo, y esa forma tan singular), o La Molineta (pintada de azul claro) es especial; contemplar el Azud de Ojós (en término de Blanca a pesar de su nombre), con la Sierra de Ricote al fondo (antes se ve la hermosa pared de La Navela), ver la Sierra del Solán, la Peña o Piedra Negra (que en principio daba nombre a la localidad: Negra) con las ruinas del Castillo, el río Segura limpio y amplio (por el que por la tarde se ven nadando patos), con las nuevas instalaciones del Club de Piraguismo en el paseo junto al Río, contemplando los árboles grandiosos y las casas, como de un Belén, del "Alto Palomo"... Luego llego a la Plaza, con la Iglesia de San Juan Evangelista (s.XVI, con arreglos posteriores), callejeas por sus aceras, ves las fachadas de antiguas casas en la calle Mayor (algunas con escudo nobiliario, como la de la foto de arriba), hasta el Barrio del "Hundío" (desde donde arranca el encierro de toros en las fiestas de Agosto), el día es espléndido...
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Es una sensación especial la que tengo al entrar al pueblo desde las inmediaciones del Campo de San Roque (donde se halla la Ermita del Santo, Patrón de la Villa, a 5 km del pueblo), por el paraje de El Saque, con sus huertos llenos de limoneros, con las tradicionales casas de La Favorita (con sus fachadas pintadas de rojo, y esa forma tan singular), o La Molineta (pintada de azul claro) es especial; contemplar el Azud de Ojós (en término de Blanca a pesar de su nombre), con la Sierra de Ricote al fondo (antes se ve la hermosa pared de La Navela), ver la Sierra del Solán, la Peña o Piedra Negra (que en principio daba nombre a la localidad: Negra) con las ruinas del Castillo, el río Segura limpio y amplio (por el que por la tarde se ven nadando patos), con las nuevas instalaciones del Club de Piraguismo en el paseo junto al Río, contemplando los árboles grandiosos y las casas, como de un Belén, del "Alto Palomo"... Luego llego a la Plaza, con la Iglesia de San Juan Evangelista (s.XVI, con arreglos posteriores), callejeas por sus aceras, ves las fachadas de antiguas casas en la calle Mayor (algunas con escudo nobiliario, como la de la foto de arriba), hasta el Barrio del "Hundío" (desde donde arranca el encierro de toros en las fiestas de Agosto), el día es espléndido...
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A la hora de comer optamos mi familia (en sentido amplio) por el "Restaurante Gurea" situado en la antigua "Casa del Conde" (perteneció a Don Enrique Trenor, Conde de la Vallesa, que tiene aún terrenos en término de la Villa. La casa fue transmitida por el Conde a los actuales titulares). Atendidos estupendamente por el blanqueño Antonio y el bilbaíno Gonzalo, los dos socios que regentan el Hostal Rural y Restaurante, comimos fenomenal. Lo recomiendo (no es apto para todos los bolsillos, pero bueno, una vez cada X tiempo... seguro que algunos se lo pueden permitir). El pescado es la especialidad, sobre todo la merluza y el bacalao, exquisito. Y los postres caseros buenísimos.
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Bueno seguiré... con más cosas de Blanca.
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Bueno seguiré... con más cosas de Blanca.
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