Pues resulta que el otro día salí a comer fuera.
El sitio está bastante bien y la comida estupenda. Pero hete aquí, ET aquí, que me traen la carta, el menú de cada día, pero sin Arguiñano y su perejil.
Me veo platos muy apetecibles, y al final de una hoja de la antedicha carta veo "Bacalao con sus callos y trompetas de la muerte". La leche!!, como para pedirlo... buff!!
Bueno, pues resulta que no pedí el plato, pero las dichosas trompetas, que tiene guasa el nombre, parece ser que son unas setas (hongos) con forma de trompeta o de "cuerno" (nombre científico "Craterellus cornucopioides" con el pie gris y el sombrero negro, perfectamente comestible.
Vaya nombre, vaya susto.
Con aquello de las setas me acuerdo una vez en León en un restaurante (de nueva cocina, ibamos pensado en un asado y demás), y de entrante traen como obsequio de la casa, según una señorita "unos hongos para chupar". A lo que mi progenitor masculino, algo despistado le dice: "Oiga, no diga eso de hongos, que suena muy mal, hable usted de setas pa..." y se paró ahí "...de setas". Hubo risas varias.
En fin no comí las trompetas de la muerte, pero da igual, me encantan las setas comestibles... (abstenerse dobles sentidos)
1 comentario:
Muy bueno lo de ET aquí... y genial tu padre, como siempre :-)
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