viernes, 20 de junio de 2008

La mala educación...



No, no me refiero a aquella película de Almodóvar. Me refiero a la mala educación como tal, la que existe en este país (llamado desde hace quinientos años, incluso más, España). Lo compruebo todos los días en mis propias carnes. Muchos por nuestra profesión de contacto con el público sufrimos esa falta de modales y respeto de muchos, ese "meninfotismo" (término propio del valenciano y catalán, que en castellano puro equivaldría a ser "palpatestículos" como son algunos)

No pretendo ser un dechado de virtud, y creo que mi actitud no es exagerada. Creo que mi forma de ser con la gente es normal, simpática, un trato correcto.


Cuando sales fuera de tu ambiente laboral, ves que en tu trabajo se refleja la vida social, y en consecuencia el nivel de falta de educación es generalizado.

Todo esto viene a cuento (al grano, ya voy) porque ayer estuve en la fiesta de fin de curso de mi sobrina de 3 años. Una fiesta infantil (se supone).
Todo un patio, amplio, repleto de sillas alrededor de un escenario, donde actuarían los niños, clase a clase. Hay una zona de sillas acotada con cintas, reservada a los niños que actuaban, para que pudieran ver los demás. Pero, hete aquí, que llega el sentido español del aprovechamiento de la situación: Las sillas se ponen donde a mí me da la Real Sociedad y me sale de la punta del Mulhacén y me las llevo al borde del escenario si hace falta (como así fue); me traigo mi silla de caza (sic) y la pongo ahí delante que se ve mejor y a los de detrás que le den por idem, me pongo de pie (acompañado de treinta personas) al lado del escenario para ver a mi hijo/a, nieto/a, etc; y que me venga a decir alguien que no ve o no oye porque estoy hablando que me importa un p... , que yo ya he visto actuar a mi zagalico. ¿Y las sillas de los niños? Je, je, ¿de quién? ¡Aquí me siento yo, los niños que no vean a los demás que da igual!. Pregunto a un padre hacia donde va en medio del gentío (yo de pie, le obstaculizaba el paso a derecha e izquierda y me tenía que apartar a un lado u otro, según fuera), me contesta en plan matón: "para donde voy a ir, para allá".


Pude contemplar una escena violentísima de esas que cito: Casi llegan a las manos un abuelo (sentado cerca mío) y un padre (de pie que tapaba al abuelete). "Yo he venido aquí a sacar fotos a mi hijo y me pongo donde quiero" (recordaba a Umbral), y el otro no se cortaba "¡Usted no me grita!". Aún me asombra que no terminaran a leche limpia. Creí que el abuelo iba a decir algo así como "¿Me está amenazando, maestro Jedi?" y saltar de su silla dando vueltas sobre sí :-))


Mi familia y yo contemplamos aquellas escenas absortos, y... no íbamos a ser menos, de repente "nos unimos a la fiesta" y nos pusimos en delante del escenario, en la primera fila y a hacer fotos y vídeo donde nos dió la Real... Educados sí, pero no tontos

2 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

Esto con Palpatine no pasaba...

Tigretón dijo...

Sasto, con Palpatine vivían mejor...

Te aseguro que la escena físicamente era muy parecida a la cinematográfica, sólo que sin túnicas jedi y demás.

Y el patio (de colegio, fiesta fin de curso) te es muy familiar a tí, precisamente. Es que ya ni en ciertos colegios está uno tranquilo, igual te sacan una faca albaceteña a la más mínima