En Defensa de las Procesiones Murcianas

Una conversación similar a esta tuvo lugar anoche entre otra persona y yo.
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"-Las Procesiones de Murcia son un desastre. No son en absoluto serias. En la retransmisión de la de esta mañana se ha visto un monaguillo sonriendo y comiendo una mona."

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Contestación mía: "No son monaguillos de verdad. No son (creo) miembros de la Cofradía, y los que los son tienen dispensa del Obispado para comer monas, aunque sea ayuno y abstinencia, porque van haciendo penitencia"

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-"¿Penitencia?, ¿Qué penitencia?, en la Región hay Procesiones más serias que superan con mucho a las de Murcia que son un desastre de organización y de todo..." (apunta un sitio concreto. Las comparaciones son odiosas) "...las Procesiones de Murcia no tienen nada" (sic).

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-"Por lo menos imaginería ¿no?" -apunto yo-

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- "Sí imágenes sí, pero nada más. Son..." (por respeto no digo nada más)

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Estas palabras se me quedaron anoche grabadas mientras contemplaba la Procesión del Santo Entierro por las calles mojadas de Murcia. Quien lo decía era de la Ciudad de Murcia. Me parece una falta de respeto comparar una procesión con otra (incluso dentro de la misma localidad). Todas son diferentes, cada una tiene su forma de desfilar, de llevar los pasos. En Murcia por ejemplo no se bailan los pasos, los tronos como dicen en otros sitios de la Región, llevan una particular forma de andar, distinta, ni mejor ni peor. Yo sin embargo respeto todo. Igualmente respeto la formalidad, el orden, frente al desorden inicial, etc. Respeto y admiro las procesiones de cualquier punto de la Región y de cualquier punto de España, porque son "sus" procesiones. Es su tradición, y son las creencias religiosas que se manifiestan de diferente forma.

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Y en cuanto a seriedad y penitencia (física se entiende), en la Semana Santa murciana hay muchos ejemplos que a la vista están.

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Al ver ayer entrar en la Plaza de Belluga la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno pensé en las veces que esa misma escena se habrá producido a lo largo de los siglos, prácticamente idéntica, sin variación, o con escasas variaciones, en cuántas ocasiones la gente se habrá parado a rezar a esa imagen, o simplemente a contemplarla...

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