Dudaba, hasta última hora, si escribir algo al respecto en este blog. Soy persona más introvertida de lo que a veces parece, y no me gusta escribir acerca de los malos momentos, y menos del peor desde que escribo este blog y uno de los peores días de mi vida. Pero si no lo escribo creo que me va a estallar la cabeza, porque no dejo de darle vueltas al tema...
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Ayer, domingo, nos dejó, inesperadamente (a pesar de lo grave de su enfermedad, si bien en absoluto se encontraba en situación terminal) mi queridísimo tío Pepe, hermano de mi madre (primero de los cuatro que eran). Cuando escribo esto (con los ojos enrojecidos por el sueño y las lágrimas que quieren salir) no dejo de acordarme de él. Mi padre lo definió anoche, hablando por teléfono, como que "era muy bueno". Era cierto.
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Era nuestro médico particular en mi familia (si estabas enfermo, ya tenías la confianza de que contigo iba a estar él, en cuanto pudiera, por la tarde, a la mañana siguiente. "Yo nunca he ido al médico", le dijo mi primo a mi hermana) un gran amigo (con un sentido del humor inigualable, con esos chistes que le contaban sus pacientes en la consulta, y, que luego te los contaba a tí, aguantando a malas penas su propia risa antes de terminar), y por su cercanía, un segundo padre (actualmente para mis sobrinas era un tercer abuelo -¿qué les vamos a decir ahora?, sobre todo a Ana, con sus cinco añitos recién cumplidos).
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Prueba de su bondad, es la cantidad de gente que hubo anoche en el Tanatorio, la cantidad de amigos que tenía.
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Pepe, mi tío, era una persona inteligente. Tantos años había desempeñado la medicina, que yo recuerde desde Abarán hasta Molina (donde llegó a ser Director o Coordinador del Virgen de la Consolación, cargo que en absoluto le gustaba), hasta que, hace pocos años, cansado, decidió prejubilarse, para dedicarse a su familia y al ocio.
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Esa sabiduría, médica sobre todo, de la que en alguna ocasión confieso que llegué a dudar, te permitió saber con certeza lo que tenías (como dijo el oncólogo el jueves, no eras agricultor, eras médico) nadie podía engañarte. A los que no sabíamos nada de esa conversación del pasado jueves, tras los análisis (curiosamente te has ido por la diabetes y problemas circulatorios, no por la enfermedad más grave), nos queda el consuelo (escaso, porque ha supuesto que te vayas pronto) de que no han sido los tres meses vaticinados, que, dijeron, serían "los peores", sino tres días desde entonces (de los cuales sólo ayer fue el malo).
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Echaré de menos la alegría de llegar a tu casa y verte tranquilo viendo tu "Eurosport", de ir a comer contigo, el irnos a pescar (como aquella vez que me dijiste que cortara el sedal y saliera "por patas", antes que los otros pescadores se dieran cuenta, porque había enredado todas las cañas de la playa, y eso que yo estaba pensando que habían picado), echaré de menos que nos hagas un caldero a medias con la tía (como el que nos invitaste este verano), que me recojas en tu coche para irnos al encierro a Blanca, o vayamos a tomar cerveza al "Pardo", que te refieras a mí como sobrino, o que me comentes lo mal -o lo bien- que juega el Murcia (lo hayas visto conmigo en La Nueva Condomina o por televisión). .. Echaremos de menos tantas cosas que nos dabas y que teníamos en tu compañía. Te echaremos mucho de menos, tío Pepe. Nos veremos en el Cielo, como dijo mi abuelo a su hermana, cuando la vió al fallecer. Ojalá que así sea.
8 comentarios:
Estoy segura de que aquí será...
Antonio, un fuerte abrazo.
De que ASÍ será.
Ánimo y un fuerte abrazo.
Muchas gracias a las dos, por vuestros ánimos. Esta tarde estoy bastante mejor (Me dí cuenta de lo que dice mucha gente en estos casos, es verdad: Ayer llevé un día que me parecía todo como un sueño. Esta mañana empecé fastidiado a trabajar, pero luego me he ido animando más, teniendo la mente ocupada)
Ha sido un "palo" totalmente inesperado para todos (en principio le dijeron que estaba poco avanzado y tenía un 80% de posibilidades de salir, este verano iba y venía a la playa -en su coche incluso- a sus "sesiones", más tarde fue algo peor, y lo que le dijeron el jueves, poniéndole ya un plazo, sólo lo sabía él, mi tía y otro tío mío). Además el martes pasado, le ví muy bien, en su casa, viendo la televisión, con buen aspecto... Tenía mucha relación con él, y lo quería mucho.
A ver si os veo (a Athena sobre todo, a Wunderk la veo algo más). Un fuerte abrazo a las dos, y reitero las gracias, amigas mías.
Un abrazo, Tigre, acabo de leer la triste noticia. Javi
Muchas gracias, Javi. Un abrazo.
Ya hemos hablado por teléfono y realmente te noto la voz si no animada al menos "normal".
Estas despedidas por suerte o por desgracia se convierten en una costumbre, tener que despedirnos de seres queridos, a veces sin tiempo ni ocasión para hacerlo por lo repentino de la marcha, creo que esas son las peores, las que no te dan la opción de mirar a los ojos a quien se va a marchar y poder abrir el corazón un ratico.
Lloramos por nosotros, por la falta que nos queda en el alma, por los recuerdos de tantos momentos compartidos y echamos en falta un futuro común con la presencia de esa persona tan especial.
A cambio ganamos la inmortalidad, en nuestros recuerdos siempre sigue vivo, mientras continuemos evocándole, hablando de él, sonriendo con un cierto deje de tristeza al rememorar una frase o una situación esa persona sigue viva entre nosotros.
Yo creo en la inmortalidad del alma. Y en que las almas de quienes amamos siguen viviendo con nosotros.
Un abrazo, Tigre.
Muchas gracias, Antonio.
Cuando hablé contigo, todavía quedaba algo de "procesión por dentro". Te llamé el sábado, a principio estaba anímicamente bastante mal, y mi voz en absoluto era la misma (tono creo que bastante bajo). El día a día, el trabajo, te hacen "tirar para adelante". Eso y el ver a mi tía y a mis primos, y su fortaleza (mi tía dice que no se va a "encerrar" porque eso no le hace bien, mis primos expresan su dolor cada uno a su manera)
El martes de la Romería fue, sin saberlo mi despedida y la de mis sobrinas (a las que quería como si fuera otro abuelo. -Ya han preguntado varias veces por él, no le olvidan- De momento se les dan "largas"). En mi caso, recuerdo que me despedí de él ese martes, con un "hasta luego" o "hasta mañana", mirando hacia atrás, le ví sentado en su sillón de siempre, viendo un partido de tenis...
Como dijo el sacerdote en la homilía de su funeral, se fue no demasiado tarde, pero quizás demasiado pronto (69 años recién cumplidos, y nadie podría suponerlo antes del verano), estaba en muchas cosas pendiente de los demás (como buen médico). Su fallecimiento ha impresionado a más de uno.
Desde luego para mí, conforme a lo que dices, seguirá vivo en mi recuerdo, y en el de mi familia (era una gran persona, con muchas facetas). Y si hay un Cielo, un Más Allá, ya tengo otra razón más (ya tengo unas cuantas) para creer en él, y cuando llegue mi hora, reunirme felizmente con todas esas "razones"
Un abrazo
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