miércoles, 1 de junio de 2011

Si el camino se hace duro, saboreas la victoria...

Llevo un par de meses abandonado el blog. Vuelvo con una entrada alegre para mí. Las pequeñas alegrías que nos da el fútbol. "Si el camino se hace duro, saboreas la victoria", dice el Himno del Centenario del Real Murcia (de lo más cantado el domingo en la noche)
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Soy un veterano ya en esto del Real Murcia. Más de 28 años consecutivos siguiendo a mi equipo del alma (socio, compromisario -en su día-, abonado, accionista -muy minoritario-), el único por el que (además de la selección española) siento un cariño especial, yo diría que pasión.
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¿Qué hace que miles de personas se olviden de su trabajo, o de sus estudios del día siguiente para esperar a unos jugadores de fútbol y su entrenador, hasta pasadas las tres de la madrugada? Para muchos seremos unos locos, unos desocupados o cualquier otro calificativo. Vale, puede ser.
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Para responder a la pregunta en primer lugar, me remonto a lo más cercano, el año pasado. Un descenso horroroso, anunciado, pero, que tras ganar tres partidos seguidos, nos hacía ilusionarnos con mantener la categoría, e ir al último partido en Gerona, en Montilivi (un estadio que quedará grabado en la historia del equipo). Un empate nos valía, dependiendo de los demás resultados, y ganando siempre quedábamos en 2ª. Ningún resultado en otros estadios fue favorable... En Gerona, empezó el Murcia marcando, pero un penalty en el último minuto de la prórroga que ... Un final que no se lo deseo a nadie, sea del equipo que sea, ni para los que lo celebraron como un ascenso. Unas imágenes valen mal que mil palabras...



En cuanto al pasado más pretérito, diré, que particularmente (y muchos como yo) con el Real Murcia me ha pasado como a aquel "replicante", Roy Batty, el Nexus 6 de "Blade Runner", que he visto cosas difícilmente creíbles por los demás, y espero que no se pierdan como aquellas lágrimas en la lluvia.
He visto a un equipo en los años 1980, cuando yo me hice "socio" (entonces se nos llamaba así) que era una auténtica máquina de hacer fútbol en 2ª, avasallaba a sus rivales con goleadas, y ascendía "de calle" a 1ª. Era el equipo de mi abuelo, de mis padres, de muchos, que, manteniendo su camiseta rojo pimentón, pasó por motivos de "visibilidad", e incluso de superstición en los años 70 se pasó de pantalones y calcetas azules o negras (según la época) a calcetas y pantalón blanco ("calzoncillos" que decía Don Antonio Aullón, periodista y primer historiador del Real Murcia). Su escudo ese triángulo rojo con las siete coronas del antiguo Reino de Murcia, con reborde blanco, desde los años 20 del siglo pasado, cuando se le otorgó el título de Real (anteriormente tuvo otros, uno de ellos parecido al del Madrid)
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Había grandes jugadores, como el brasileño Aguinaldo Roberto Gallón "Guina" (el mejor que he visto en mi equipo) con sus pases largos al hueco o a la bota de un compañero; el hondureño Roberto "Macho" Figueroa (un "matador" con golazos impresionantes, de falta sobre todo. Ni un penalty fallado...); Horacio Abel Moyano; Vidaña; los hermanos Mejías, Amador, Tendillo, Manolo (que jugó en el Atlético después), "Tente" Sánchez, Manolo Sánchez, Amador (uno de los mejores porteros que recuerdo), "el Rubio" Pérez García, Núñez (aquél defensa calvo), Super-Juanjo, "Tata" Brown (campeón del mundo en México 86), los hermanos Salvador y Pepe Mejías... Entrenadores como Irulegui, Eusebio Ríos, Campillo, Ladislao Kubala (grandísimo), el gran Antal Dunai (a punto de meternos en UEFA, y con el que charlaba en compañía de mi padre). Una muestra del Real Murcia de aquellos años:



Tras una etapa impresionante en Primera, el club bajaba 2ª, merced a la nefasta gestión, y la falta de apoyo social. Llegó el año 1991, el Real Murcia era líder de 2ª todo el campeonato de liga, con una distancia enorme con sus perseguidores, Deportivo y Albacete. Todos daban por hecho un ascenso más a 1ª, pero tras una segunda vuelta nefasta, se redujo su distancia tanto que se jugó el ascenso en Coruña contra el "Depor". Tras una noche de "hormigoneras", con el incendio de la grada de tribuna de Riazor, el Real Murcia perdía 2-0, el "Depor" pasó a ser el "Super-Depor" (un equipo que me cae simpático). La temporada siguiente, el Real Murcia, fue el único club descendido a 2ªB"en los despachos" por su no conversión en S.A.D.
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De haber vuelto a 1ª pasamos al verdadero infierno de 2ªB por primera vez en la historia. Empezaban los 90, la peor etapa del club pimentonero: Ascenso relámpago a 2ªA al año siguiente a 2ªA, y vuelta relámpago a 2ªB, esta vez por lo deportivo, encierros de jugadores por impagos, deudas con particulares, con la Seguridad Social, con Hacienda, situación económica lamentable, riesgo de desaparición...Murcianos de pro, personalmente, avalaron al Real Murcia para evitar esto último. En 1995 el antaño rey de la división de plata estaba en 3ª División, grupo XIII (grupo murciano), jugando incluso en campos de tierra (tengo mi experiencia particular incluso en alguna visita). Ese año en 3ª fue un "paseo" a 2ªB, donde permanecimos unos años, no había forma de ascender (una situación parecida a la del Oviedo actual)
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Era la época del "¿pero todavía sigues yendo a ver al Murcia?".
El club fue ofrecido a conocidos empresarios murcianos, me consta. No quisieron hacerse con él. Tras unos empresarios valencianos, y portugueses que dieron la espantada, se hizo cargo el Grupo Santa Mónica del abogado y empresario Jesús Samper, poniendo inicialmente como Presidente a Joaquín Romeu (un auténtico caballero y murcianista -aunque fuera converso- que acuñó una frase que se me quedó grabada: "El Real Murcia es la Universidad del sufrimiento."). El club se convirtió en SAD, con capital integrado mayoritariamente por la empresa del Sr. Samper. Entonces no se hablaba de construcción de Nueva Condomina ni historias...

Fue en Junio de 2001, el inolvidable gol de Aguilar en Granada ponía fin a años de penurias, volvíamos, por fin, a donde como mínimo debía estar el Real Murcia, 2ªA. En Barcelona, dispuesto para unas oposiciones, celebré como pude aquél gol histórico, que nos sacaba de aquéllo, parecía que definitivamente. El domingo me acordé de aquel ascenso que no pude disfrutar en Murcia, como yo hubiera querido:





Y en 2003 la vuelta a 1ª, como campeón de 2ª, con David Vidal al frente del banquillo grana, y un equipo que inicialmente no estaba hecho para ascender, que hacía un "fútbol total", con un Reinke inconmensurable en la portería que hasta tiraba penalties (el mejor portero grana que he visto, junto a Amador), Lasa, Maciel, Karanka, Richi (ha vivido tres ascensos, dos a 1ª y el del domingo a 2ª), Juanma, Ismael, Acciari... Inolvidable día en La Condomina (la antigua). Otro descenso y otro ascenso a 1ª, en 2007, recién estrenada La Nueva Condomina (32.000 espectadores) con Lucas Alcaraz de entrenador, y un verdadero equipazo, con Notario, Iván Alonso, Peña, Acciari, Pedro León, Aranda, Antoñito... Llegó 2008 el año del Centenario... en 1ª, y el año del Himno del Centenario, interpretado por el grupo murciano Second:


En 2008 con una en teoría gran plantilla, pero muy cara, y 25.000 socios (y porque se cerró en esa cifra), tras una primera vuelta aceptable, que acabó con el equipo en puestos UEFA, pero una segunda desastrosa, cambio de entrenador Alcaraz por Clemente (lamentable) y descenso a 2ª, y en 2010 a 2ªB, que ya he comentado. Gracias a un buen entrenador, fichado para la categoría, Iñaki Alonso y los jugadores tanto los nuevos, como los que se quedaron, con mención especial al portero Alberto Cifuentes y Miguel Albiol -hermano del jugador del Real Madrid-, que intervinieron en la jugada del fatídico penalty en Montilivi y decidieron seguir para devolver al Real Murcia a la categoría perdida el año pasado.

El domingo fue un día muy grande, el retorno del rey de la Segunda, el equipo pimentonero, el que más campeonatos de 2ª, de 18 temporadas en 1ª, una tarde hermosa para el murcianismo. Pero no debemos quedarnos aquí. Hay que volver a 1ª y consolidarnos en la categoría, donde Murcia se merece por afición, ciudad, estadio, historia... Así sea.
Sí nos quedamos algunos hasta las tres de la mañana, para celebrarlo, y, además de otros cánticos decíamos, después de tanto sufrimiento, el domingo y a lo largo de años, aunque algunos no lo entiendan: "Como no te voy a querer, si mi corazón y sangre son pimentoneros, siempre te querré.".