Llevo más de una semana (creo) sin escribir en este blog. El trabajo me "desborda". En fin...
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Esta semana ha sido "movida" en esto del fútbol (de lo poco que hecho, ver fútbol, aparte de trabajar), con los partidos del último sábado y del miércoles
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El que "la fin del mundo está cerca", tal y como comentan los bloggers Rentero y Ramón, lo denota, una vez más, la próxima llegada de un "Ser Superior", o sea Florentino Pérez (Butragueño en su día lo llamó así) a la presidencia del Real Madrid, según dicen. Y, en Murcia ya hemos tenido la segunda venida de Jesús (Samper).
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Conocida de sobra es mi gran afición por el "deporte rey" (en las Olimpiadas es el atletismo, en lo ordinario es el fútbol, que es al que me refiero). Hay quien dice que soy la Wikipedia futbolística, no lo creo, hay gente que sabe mucho de eso, mucho más...
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La verdad sea dicha que, de crío, a los cuatro años de edad, me llevaron a ver un entrenamiento del Real Murcia, y me regalaron por Reyes una equipación completa con su camiseta roja con el escudo triangular y su pantalón blanco (por aquel entonces, principios de los 70, novedoso, porque el Murcia tradicionalmente llevaba el pantalón azul oscuro o, a veces negro, y las medias negras. Vestía como Osasuna, digamos) y calcetas a rayas horizontales rojas y blancas (muy setentero). Creo que todavía lo conservo por ahí.
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Pero el fútbol era para mí algo totalmente ajeno. No jugaba en el colegio al fútbol, no me dió por ahí. Pero mis padres (aficionados al fútbol los dos desde su niñez, incluso mi señora madre, rodeada de hermanos futboleros) que me dejaban de niño las tardes de fútbol en casa de una tía-abuela, decidieron llevarme a ver el fútbol... No presté mucha atención a aquéllo. Iba a la grada con mis tebeos, mis coches... y pasaba de lo que ocurría abajo, en aquel prado verde.
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Eso sí, poco a poco, aquello empezó a gustarme, y luego a apasionarme porque en aquellos años ochenta el Real Murcia consiguió dos ascensos a 1ª, con Eusebio Ríos primero y luego con Vicente Carlos Campillo ("con entrenador de Santomera el Murcia a 1ª"), y se mantuvo en 1ª holgadamente (a punto de ir a la UEFA) incluso. Recuerdo con agrado a Kubala y a su sucesor y amigo, el también húngaro Antal Dunai (con el que nos encontrábamos todos los sábados antes del partido). Luego vino la deblacle en los 90... y arrastrarnos por campos de 3ª y 2ªB. Hasta 2001 en que volvimos a 2ª, y luego a 1ª y luego a 2ª otra vez...
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Actualmente me gusta especialmente el fútbol inglés, es como la NBA del fútbol, totalmente diferente al resto, más ágil, más ofensivo (por regla general), y el comportamiento de los jugadores y árbitros suele ser ejemplar (no existen las clásicas marrullerías o el tirarse para engañar al árbitro, o es difícil).
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Hace ya años que además juego al fútbol (desde los quince o dieciséis años, pero no soy ningún "crack", más bien, si acaso hago "crack"). De esos partidillos de los sábados (en Maristas, en San Pablo, Agridulce y Pabellones y campos diversos) y alguno de los jueves, sería para otra entrada (con aquél "no sentís los colores" clásico del Sr. Marcos, o el SMS -ante el cambio de "chaqueta" de un jugador habitual de un equipo de los del Agridulce Arena, mucha Arena, Stadium: "La cabeza de cochinillo la pones tú o yo?")
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Esta semana, repito, se ha hablado mucho de fútbol... Y es que el fútbol es un deporte como pocos en cuanto al apasionamiento, en cuanto a emociones y sentimientos. Ahora, el fútbol sin pasión, sin sentimiento, es de lo más aburrido. Yo soy incapaz de "tragarme" ciertos partidos "in situ" o en televisión. En ocasiones, eso sí, muchos se olvidan de que lo que están viendo o han visto es un partido de fútbol, un mero juego, y surge la violencia incluso contra uno mismo (esta semana sin ir más lejos un aficionado se suicidaba con la camiseta del Arsenal puesta, nada más salir del estadio donde su equipo había perdido la semifinal de la Copa de Europa). Pero hay sensaciones inolvidables, en los goles, en la emoción (recuerdo aquella final de Copa de Europa/Liga de Campeones, en que el Manchester remontó en el último minuto marcando dos goles al Bayern... y los jugadores del equipo alemán en el suelo, y el árbitro ayudando a levantarse a algunos de ellos que se quedaron llorando, tendidos, y animándolos a continuar jugando... -Ver foto-).
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Luego tienes las frases, las de los entrenadores: "El fútbol es así", "Hay que ir partido a partido", "Yo desde mi posición en el banquillo no he podido ver el penalty..." (a ver si hacen banquillos mejores"), "No me gusta hablar de los árbitros, pero tengo que decir que...", "Crisis, ¿qué crisis?" (Beenhaker, entrenador del Madrid), "¿Otra vez el de la mano? ¡Tira a tomar por cu... con la mano!, bueno, hombre" (Camacho, ante las insistentes quejas de un jugador propio en una mano, viniendo hacia su banquillo), etc. Las de los aficionados: "Jugamos como nunca, perdimos como siempre", "Como decía Helenio Herrera, se juega mejor con diez que con once..." (todos a jugar con diez); los árbitros: "Lo pité con el rabillo del ojo", "Ha sido el seis penalty y expulsión. seguido del -Rafa, no me jod... Me ca... en mi madre", etc, etc.
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El ambiente, los cánticos, las pancartas, banderas, los uniformes, los escudos, las aficiones, todo lo que mueve el fútbol... Para mí incomparable.
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El fútbol ese gran deporte, que es algo más... Con todos sus defectos (como arbitrajes y falta de introducción de tecnología, ausencia de mejoras del reglamento, jugadores "endiosados" y con sueldos astronómicos, ciertos dirigentes...), pero también con sus grandes virtudes. Como dijo Bujadin Boskov (entrenador del Real Madrid hace años, y seleccionador de la antigua Yugoslavia): "Fútbol es fútbol".
