Días curiosos éstos, vísperas y días 1 y 2 de Noviembre. Recordamos (aparte, claro de otros días) lo poco que somos y que tenemos que morir, que estamos de paso por este mundo. Recordamos a nuestros seres queridos, familiares y amigos y visitamos los cementerios, los lugares donde se encuentran sus restos físicos, aunque durante el año tal vez les recordemos por donde estaban o que hacían cuando estaban con nosotros.
Se ha implantado la costumbre anglosajona del "Halloween", y se conservan en España además de la visita a los cementerios citada antes, la de ciertos postres como los buñuelos o los huesos de santo.
Pero una de las costumbres que más me gusta de esta época es que siempre haya una función del "Tenorio", en Murcia a través de la Compañía de Cecilio Pineda, y en pueblos y ciudades de España, tradición que se ha ido perdiendo. En alguna televisión puede que pongan alguna versión de la obra de José Zorrilla (curioso que tenga su nombre un campo de fútbol).
Aparte de aprender artículos del Código civil y Ley Hipotecaria, mi padre y yo, conservamos la curiosa habilidad memorística de aprender algunos trozos de esta pieza teatral, algunos ejemplos: "¿La Hostería del Laurel? .- En ella estáis, caballero. - ¿Está en casa el posadero? - Estáis hablando con él"; o el "Cuán gritan estos malditos, pero mal rayo me parta, si en terminando esta carta no pagan caro sus gritos"; el "Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí,... y en todas partes que fuí, en todas partes hallé, memoria amarga de mí", "Muertos a quien yo maté, no os podéis quejar de mí, si buena vida os quité mejor sepultura os dí", o cuando leen la carta "...Doña Inés del alma mía... Y la firma de don Juan"; por no hablar de la clásica escena del sofá (tantas veces versionada, metida en chistes incluso)
Eso (el habla en verso, tan burlonamente referida a otras obras no a "Don Juan", por Pedro Muñoz Seca en su "Venganza de Don Mendo", de la que también recuerdo algunas escenas), y el aspecto fantasmagórico de la segunda parte con el pintoresco "Convidado de Piedra", el Comendador Don Gonzalo de Ulloa, padre de Doña Inés ya fallecida, invitado a la casa de "su" Don Juan, son aspectos que me encantan de esta obra.
Por cierto siempre he visto la versión de "Don Juan" de Zorrilla, nunca las "condenatorias" del personaje hechas por otros autores como Goethe o Moliere (tampoco la ópera "Don Geovanni", que tiene que ser una gozada)
Ojalá que no se pierda esta tradición, aunque algunos digan que es más español el Quijote que Don Juan (no entiendo porqué, lo que yo creo es que son dos arquetipos universales)
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