jueves, 23 de octubre de 2008

Antinaturalidad, pero confianza en que "hay algo más"


La muerte de alguien cercano siempre es algo triste... Pero en ocasiones ese hecho aceptable, hasta cierto punto, se convierte en algo más inexplicable, y más triste y desagradable si cabe.
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Estoy hablando del fallecimiento de alguien en plena juventud o niñez.
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En esos casos la pérdida se convierte además en una circunstancia impactante y desgraciado para todos. Entonces te das cuenta de lo frágil de nuestra existencia.
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Ayer tuve conocimiento de que la hija de una buena amiga de mis padres de tan sólo seis añitos tras una enfermedad de algo más de dos meses dejaba de estar con nosotros.
Esa enfermedad rara, desafortunadamente no me era desconocida, ya que tuve la penosa vivencia de tropezármela, de una forma mucho más cercana, puesto que por una de sus variantes, o por una manifestación similar, perdí hace diez años a una prima de tan sólo 21 años (tan guapa, tan simpática, tan joven...), todo en la quizás experiencia más traumática que he tenido en mi vida.
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Aquello me impactó notablemente, a mí y a todos los que estaban a mi alrededor, el entierro de mi prima se convirtió en una manifestación de duelo de toda Blanca y buena parte de Murcia (una hora en una larguísima fila en plena calle dando el pésame), todo tras 15 días de angustia en La Arrixaca. Una persona tan joven y aparentemente sana que un día dice que se encuentra mal, y al poco se va. Ahora ha sido, en parte porque la conozco mucho menos, como revivir todo aquello.
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Lo que sí hicieron aquellos momentos era darme que pensar, pensar en la fe, y reafirmarme en ella, y en que para personas como Belén, o como mi prima María José, tiene que haber una "vida eterna" para que algún día nos podamos encontrar o reencontrar. Ojalá que así sea. Tiene que ser así.

4 comentarios:

Athena dijo...

Cuando murió la madre de mahn pensé en lo reconfortados que se sienten todos aquellos que tienen fe en que la persona querida está en algún lugar. Pensar que pasamos por aquí y ya está deja un regusto amargo y muy triste.

Antonio Rentero dijo...

Yo tb creo que debe haber algo mas, que incluso si nos reducimos al plano fisico nuestra energia (ni se crea ni se destruye, solo se transforma) ira a algun sitio, y que de algun modo las personas que mueren jovenes o han tenido una vida plena, han hecho felices a los demas, etc. deben terminar con su energia en algun tipo de "cielo".

Curiosamente, al ver esa foto, he recordado que desde bien pequeño me fascinaba ese efecto optico que asocio a placidas tardes de infancia en Moratalla y que siempre me hacian pensar que eso tenia que ser la Gloria de Dios asomandose al mundo al terminar un dia mas, como dandonos esperanza en que mañana habria otra jornada, en que tras la noche llegaria de nuevo la luz.

En cualquier caso entristecen estar perdidas tan incomprensibles, pero claro, que vamos a entender nosotros, simples y meros mortales...

Tigretón dijo...

Tenéis mucha razón los dos.
Es necesario creer que "existe algo" porque si no...

Ramón Monedero dijo...

TIENE que existir algo.