lunes, 10 de septiembre de 2007

Resumen veraniego (IV): Encierro.Blanca 2007
















Una de las citas ineludibles y tradicionales de mis veranos es acudir al Encierro de novillos-toros (cada año más grandes los bichos) en la Villa de Blanca, en el Valle de Ricote (antaño llamado simplemente "el Valle", como dice mi amigo y paisano Paco, que si lee esto sabrá quién es: "a Ricote la han hecho la capital")

Este año parecía se iba a organizar la mundial, invitados diversos y animación toda, pero los invitados se fueron "cayendo" (tanto los que traían mis padres como los por cuenta mía) poco a poco por diversos motivos. Sólo aguantó el tirón el colega Basi, que dejó a su chica en su Alemania natal, en compañía de su nene, y se animó a venir a ver el festejo, tal y como prometió en un partido de fútbol que jugamos en la playa día atrás (Combinado España contra un combinado hispano-alemán, ganado por este último por paliza, equipo ganador en que por supuesto estaba yo, je, je) . Por cierto,a ver si Basi me presenta alguna zagala que hable algo de español, últimamente todas hablan alemán... aparte a veces de su lengua nativa (lengua eslava fundamentalmente).


Tras comprar algunas cosillas para el avituallamiento, me dispuse a dar el recorrido de rigor por el tapeo y la cervecilla, propios del día. Actualmente la zona de recorrido del Encierro está libre de barras en la calle (por motivos de seguridad), por lo que la juerga se traslada hacia la parte del pueblo más cercana al río Segura (¡y qué río tenemos en este pueblo!, tan limpio y maravilloso). Tenemos el "Cuatro Esquinas" y su mágica ventana, a su lado el "Chaplin", por no hablar de la que se monta en el pub "Molino", que hace unos años era un molino de río. Muy buenas tapas también en el "Dulcinea" (entrada al pueblo) (esa picantosa, esos caballitos o esa morcilla blanqueña, tan característica) y si se quiere algo más (yo ese día paso, es para ir esporádicamente) "palabras mayores" es el "Gurea" con su exitosa veraniega terraza al aire libre en la bonita Casa del Conde de la Vallesa.





Por fin, acompañado de mis padres, llega un momento clave de ese día a lo largo de muchos años, de forma que se ha hecho tradición para mí y para muchos blanqueños: la visita a casa de un ilustre médico, natural de la localidad, pero de reconocida fama (nacional e internacional), del cual me enorgullezco en ser amigo (y realmente no sé si es mejor médico, persona o amigo). En la citada casa organiza todos los años un auténtico agasajo a sus visitantes, picoteo, barril de cerveza (no sé si ya barriles, incluso) y caldo de cocido con pelotas, que puede parecer extraño en esta época del año (por el calor), pero que está realmente riquísimo, y parece un verdadero rito el comérselo, e incumplirlo una falta para mí imperdonable y te lo tomas con muchas ganas, sobre todo los rellenos son de verdad que buenísimos.





En el patio de esta casa encuentras gente muy diversa, y precisamente allí este año me llevé la alegría de encontrar a uno de mis tíos, que es incombustible en este día.





Sales de allí y empiezas a ver más gente y más gente por la calle, la animación a cargo de las charangas, me cuesta avanzar para llegar a casa de mi abuelo (de mi padre ya), una vez allí suena el primer cohete (lo veo tirar delante de mi balcón): la gente empieza a retirarse para ver el encierro desde las casas o desde los tablados montados al efecto (ahora prefabricados, antes eran maderos atados y clavados, obras de artesanía). Luego se oye el segundo: la calle se despeja totalmente, sólo quedan los que van a correr o a estar más cerca de los toros.





Por fin, el tercer cohete, cerca de las cinco y cuarto de la tarde: los toros salen del corral en dirección a la plaza. Este año el encierro no tiene sorpresas como un año que los toros estuvieron dando vueltas por el pueblo, y hubo uno que se metió en una casa, y otro que hubo que llevarlo a la plaza en la máquina barredora del Ayuntamiento. Tampoco ha sido rápido como otros.





Ha sido "intermedio" entre uno y otro caso, como se puede ver en el vídeo que dejo.





Terminado el encierro (cuando los toros están en los corrales de la plaza de idems se tira otro cohete) salí en compañía de mis colegas y padres a tomar un helado en "Paco", un establecimiento clásico del pueblo, una verdadera institución (el mejor turrón y sobre todo el mejor granizado de limón de la Región, y me atrevería a decir que de una gran parte de España, y no es chauvinismo)





Aparte del citado vídeo y de una foto del caldo con pelotas de este día, dejo testimonio de curiosidades como un cartel de una ventana de los "Helados Paco" y una de las iluminaciones para la ocasión que adornan las calles blanqueñas (toros con los ojos inyectados en fuego o en sangre).





Hasta el Encierro 2008

2 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

Veo con envidia lo bien que lo has pasado, y lamento no haber podido ir este año, ya sabes que la agenda la tengo tan apretada que estoy pensando seriamente apuntarme a los Raelianos a ver si me proporcionan un clon mío y nos repartimos la faena. A ver si el año próximo con un poco más de tiempo me organizo y al menos el sábado me paso por allí.

El Cuatro Esquinas es delicioso, pero ese aperitivico con caldo con pelotas y todo está para no perdérselo.

Y no te quejes de las que sólo hablan alemán, el lenguaje del amor es universal y las chicas del este de Europa suelen ser unas preciosidades por las que merece la pena esforzarse un poquico en la comunicación (y si no mira en mi blog la entrada ya mítica de "Viva Letonia").

Los ojos de los toros dan cosica...

Tigretón dijo...

Pos sí. La verdad es que el amigo Basilio me presentó hace dos años una polaca, que...
La sobrina de su novia, que ha venido este año a la playa, la chica es una walkirya que ya la quisiera uno. Pero de lenguas latinas ná de ná, o aprendo inglés con El Mundo o no fomento las relaciones internacionales