El tiempo y los ascensores

Ayer me pasó, me volvió a pasar en un ascensor.

Es un tema tan viejo como ese invento.

No sé si existe un estudio psicológico sobre el tema, pero si no lo hay alguien debería publicarlo.

Recomiendo a algún aspirante a doctor en Psicología que si no existe tesis al respecto elabore una sobre el mismo. El trabajo de campo es fácil: subir o bajar en diversos elevadores, ascensores o/y montacargas a lo largo de distintos edificios de España y comprobarlo (ignoro si la circunstancia se produce en otros países, pero lamentablemente el único idioma del que conozco algo es el inglés y mi nivel no es tan alto como para entender muchas conversaciones)

El caso es que, entra uno en un ascensor, en compañía de alguien con quien no tiene demasiado trato, y de repente ese alguien empieza hablar sobre el tiempo atmosférico, del que hace, hizo y/o hará, o se prevé que hará.

En ese espacio tan reducido, como aislado del resto del espacio y del tiempo cronológico, alguna gente reacciona de forma extraña, ve amenazada tal vez su intimidad, su pudor, o qué sé yo, las miradas no saben ya a donde dirigirse y comienzan a hablar del tiempo (atmosférico)

Repito: Ayer me pasó. Iba a subir a mi casa, sujeto amablemente la puerta y tapo la célula fotoeléctrica del ascensor para que inesperadamente entre una chica tras de mí, en el último instante, al habitáculo del cacharro, pregunto a que piso va, aunque lo imagino. De repente, un silencio y la muchacha me dice: "Uy, parece que el tiempo ha vuelto a cambiar, con el calor que hizo estos días, ahora hace fresco y mañana dicen que va a llover". Mis neuronas se quedan más "colgadas" que mi viejo PC clónico, y no sé qué decir. Respondo como si hubiera sufrido un shock: "sí, sí". Llego a mi piso desconcertado, como si hubiera tenido una experiencia paranormal.


¿Por qué? ¿Por qué hablar del tiempo? ¿Tal vez porque es un tema común y que todo el mundo conoce y puede opinar? (evidentemente no se puede hablar de política en un ascensor, por ejemplo, porque podría ser contraproducente y no da tiempo; tampoco de fútbol u otro deporte ya que a no todos les gustan; ni de trabajo porque no todo el mundo trabaja en lo mismo; ni de temas más profundos o personales lógicamente) .

Pero... incluso ¿por qué hablar?, ¿para romper el silencio, la timidez, la vergüenza? Por lo menos mi amigo Isi se dejaba llevar por el lado más risueño de su "psyche" y le daba la risa floja en presencia de algún vecino, hasta desternillarse (si el "viaje" era muy largo), disimulando a veces sacando un pañuelo como si estuviera sonándose o dirigiéndose a mi como si estuviera recordando algo gracioso.

Pero ¿hablar? y encima ¿hablar del tiempo? Como dijo Marx, Don Groucho (no Don Karl) en una de sus geniales frases: "Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente."

También es mejor estar callado, que hablar del tiempo en los ascensores.