Hacía años que no me sentaba a ver "Eurovisión", este año convertido por algunos países en "Eurorisión", y finalmente (como sucede desde hace años) en la fase de votaciones en "Tongovisión" (Uribarri como siempre una "fiera" adivinando a quien van a ir los votos de cada país).

España participaba con "pseudofriki" (porque no es un friki, sino que se lo hace), un actor metido en un berenjenal, en un personaje que le supera (y del que se cree quiere deshacerse por la fatiga, aunque tiene que durar hasta el verano), de relativa "gracia", al que se ha hecho una campaña de "marketing" increíble y machacona, en tv, como en radio, internet, politonos, anuncios... El pastel de beneficios, suculento y muy grande, repartido entre varios (se habla de entre más de 2,5 a más de 3 millones de euros). Y faltan objetos como muñecos, cromos o guitarras.

Como excusa para la participación eurovisiva, se dijo que el Chikilicuatre fue elegido por el democrático, pero dudoso, sistema de votos por móvil, en una gala donde no había mucho donde elegir, previo ofrecimiento del personaje por parte de una cadena privada a la tv pública, que se prestó a la "broma", y se implicó, como no podía ser de otro modo, en la promoción de la canción (promoción en países vecinos bastante grande, a tenor por las votaciones).

Alegando que el concurso está en decadencia y desfasado, que otros países también llevaban actuaciones del tipo (el pavo Dustin por Irlanda, eliminado en semifinales, de las que España por contribuir más económicamente al festival fue exenta), que lo mejor era reírse de todo y llevar una actuación como la de Chikilicuatre (David Fernández), llegó el festival.

Una buena organización, un escenario espectacular, con presentaciones de los países muy bonitas (la que hicieron de España curiosamente se salió de la regla general de hacerlo todo con pinturas, y se fue al tópico de los toros y toreros). El comentarista televisivo Uribarri y yo nos enamoramos de la presentadora de la plaza del Ayuntamiento de Belgrado.

Conforme iba viendo el festival, se presagiaba que la actuación española no quedaría muy alta en la tabla clasificatoria. Las quinielas de los periodistas y de los eurofans la situaban la 20 de 24, el día antes.

Las actuaciones tuvieron en su mayoría un buen nivel, con buenas puestas en escena, buenas voces, ritmos variados, desde el funky,o el soul de Gran Bretaña, pop, el heavy metal finlandés (sin caretas esta vez), el rock de los turcos, la "Rosa" de Portugal, el abuelete de Croacia y su acompañante con sus sombreros, los divertidos piratas (nada que ver con nuestros Mago de Oz).
Me gustó la canción noruega (un tanto suave) con una belleza nórdica clásica a la voz principal, y la griega (regular el modelito que llevaba, para mi gusto horterilla) pero sobre todo me encantó la chica de Ucrania, con una puesta espectacular y una canción con mucho ritmo (agüíta!!!);
He aquí la actuación del bellezón ucraniano para la posteridad:



En cuanto a Rusia, la ganadora, tuvo una puesta en escena un tanto rara con el patinador y demás, aunque la considero una buena canción

En medio de eso, llegó el turno a España y... pues eso, lo que había. Terminó actuación entre abucheos de fans españoles incluso. La clasificación fue mejor de lo esperado (16 de 24), y tendremos Chiki-chiki hasta que pase el verano. Sólo comparable a Francia (nos dió 10 points!!) y su clon de Eugenio el humorista (QEPD) salido del carrito de golf y Bosnia con unas novias haciendo calceta y un payasete de cantante. En todo lo demás no fue un festival friki como se pretendió, o decadente.

Las puntuaciones, en la línea de los últimos años, que hacen necesario un cambio en la fórmula de votación, estableciendo como señaló Jose Mª Iñigo una vuelta al sistema tradicional de jurados de entendidos (o mixto).

Y el año que viene, o como Italia (que por críticas al festival no participa) o ya puestos, prefiero a Cañita Brava, friki pero auténtico.

Pero claro, poderoso caballero es... Claro, claro, todo es una broma